LA TRASTIENDA 1
1. Una tarde de 1900, Benito Pérez Galdós entró en un café de París donde solían reunirse célebres escritores franceses. Como era muy tímido, quería pasar desapercibido, pero le fue imposible, porque en la tertulia conocían la novela Marianela, que tuvo muchísimo éxito en media Europa. Al rato llegó un señor muy bien presentado, con aire de dandy, al que todos conocían y que se presentó ante Galdós pidiendo a un amigo que le presentara al ilustre autor de Marianela. Era Oscar Wilde, el prestigioso escritor irlandés.
2. Se cuenta que Marianela era una de las novelas preferidas de Galdós, la releía y anotaba en el margen innumerables comentarios.
3. Galdós quiso llevar la obra al teatro, Valle-Inclán lo intentó, pero no consiguió poner en pie una obra coherente, así que abandonó la empresa. Los Hermanos Quinteros lo consiguieron y se estrenó en 1916, cuando Galdós estaba casi ciego y cuando escuchó las palabras de Nela en el escenario, en boca de Margarita Xirgu, que era la actriz más conocida en esos momentos, se emocionó tanto que rompió a llorar. Su criatura recobraba la vida y le pareció que Nela hablaba con el corazón, ahora que él no podía verla.
4. La madre de Galdós le envió a estudiar a Madrid para separarle de su prima Sisita, con la que tenía un idilio. Lo peor para la madre es que fue poco a la universidad y mucho a la calle. Lo mejor, es que se empapó de vidas ajenas, de personajes de todo tipo. Empezó a hacer crónicas para periódicos y a leer todo tipo de literatura. Empezó a escribir versos y quería ser dramaturgo, pero ningún empresario se atrevió a representar las obras que escribía.
Fuente: Introducción de Agustín Sánchez Aguilar para la editorial Vicens Vives.
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